Hola.
Como calculo verán en el título, les voy a contar cómo vivimos el Urban Plunge. Para empezar, vale aclarar que esta es una actividad propuesta por el colegio y llevada a cabo regularmente, de servicio social. Los alumnos de Loyola tienen que completar cierta cantidad de horas de servicio para egresarse.
Hace ya dos semanas arrancamos con la propuesta. Básicamente, la idea era dormir en refugios donde viven homeless -gente en situación de calle- y durante las comidas dar una mano en la cocina o sirviendo. Nos inmersamos en el llamado Skid Row, de los lugares más pobres de Los Angeles
El viernes a la mañana fuimos a Homeboy, una organización que tiene como objetivo sacar a los miembros de pandillas de la calle y reinsertarlos en la sociedad, para que no vuelvan a caer en la cárcel. El lema era "Jobs not Jails".
Después de eso fuimos al lugar donde ibamos a dormir, una oficina que llenamos de bolsas de dormir y colchones inflables.
Esa misma noche fuimos a Midnight Mission y ahí servimos comida. Lo que más nos impresionó fue que muchos de los que aparecían no pasaban por gente pobre; vestidos de saco y corbata parecían un empresario más.
Unos días antes, estuvimos por Disney, Universal, Hollywood y Beverly Hills. El contraste era tal que un señor, Alfredo, nos dijo: "Por qué los traen acá? Hay partes más lindas"
Al día siguiente nosotros mismos preparamos unos sandwiches y los repartimos en otro refugio.A la tarde pasamos por la catedral de Los Angeles y llegamos para el final de la misa. El cardenal la celebró, y más tarde tuvimos la suerte de conocerlo y sacarnos alguna foto. Esa noche volvimos a Midnight Mission y una vez más servimos comida.
El último día, sábado, lo empezamos a las 5 am. Partimos para el mismo lugar por última vez y y servimos el desayuno. Después fuimos a misa a una parroquia jesuita en un barrio de hispanos y nos volvimos al distinto mundo de Loyola.
Creo que a todos nos tocó y nos ayudó a salir un poco de la irrealidad que habíamos experimentado esa semana antes de la actividad.